Mi madre tiene cien años y mi padre mil.

Durante una asamblea cualquiera, Florentín afirma rotundamente estas edades en sus progenitores. Añade que su papá es muy grande y por eso tiene tantos años, vemos la importante carga emocional, admiración y apego hacia ellos que les asigna cantidades tan grandes como importantes son para él, lógico y natural!!
Las respuestas no tardan en surgir por parte de los compañeros y compañeras.
-         Yo he visto a tu madre esta mañana y está normal, si tuviera 100 años sería una abuela.
-         Tu padre no puede tener tantos años si no, llegaría hasta el cielo de grande.
-         Yo creo que mi madre tiene 5 años como yo.
-         No, si tuviera 5 años sería tan pequeña como tú y yo cuando voy a tu casa veo que es más grande, además tiene un bebé, una niña no puede ser mamá.
-         Así un largo etcétera de aportaciones, tantas como niñas y niños componen el grupo.
Aprovechamos la oportunidad este día en el que nos visitan Mamen y Julián (mami y hermano pequeño de Lucas compi de la clase). El año anterior vivimos parte del embarazo y contamos con la presencia semanal de Julián en la clase, por lo que este curso su hermano mayor quería mostrarnos cuánto había crecido y qué cosas nuevas sabía hacer. Una vez disfrutamos de sus monerías, nos dispusimos a compartir en asamblea el tema de las edades de nuestros familiares. Recortamos la serie numérica hasta el 89 esta vez y comenzamos a situar edades empezando por la del pequeñín.








Comentarios

Entradas populares de este blog

Webs para trabajar desde casa